miércoles, 20 de julio de 2011

Sobre la comunion en la mano.

En estos dias algunos han comentado sobre este tema debido a un correo que ha circulado que describe unas revelaciones privadas a una hermana llamada Catalina Rivas de Bolivia, me hacen la pregunta sobre que opino del mismo, dos puntos :

1- Las revelaciones privadas no son dogmas de fe, ni agregan algo mas a la doctrina, a las verdades depositadas en la Iglesia. Corresponde a la Jerarquia el discernir la autenticidad de las mismas.
2-En cuanto al tema de recibir la comunion en la mano, no cuenta tanto mi parecer u opinion, aqui uno debe preguntarse ¿ Que dice la Iglesia? y lo que diga la Iglesia sera mi opinion.
La Santa Sede, a partir del 28 de mayo 1969 , aunque manteniendo en vigor para toda la Iglesia la manera tradicional de distribuir la Comunión, acuerda a las Conferencias Episcopales que lo pidan y con determinadas condiciones, la facultad de distribuir la Comunión dejando la Hostia en la mano de los fieles
(Autor: Congregación para el Culto Divino. Notificacion sobre la comunion en la mano)

La comunión en la mano, está aprobada por la Santa Sede, como una alternativa que queda en decisión de cada conferencia episcopal.
La Sagrada Congregación por mandato del Sumo Pontífice Pablo VI en su instruccion “Memoriale Domini” sobre el modo de administrar la sagrada comunión del 28 de mayo de 1969, estableció que “esta costumbre ” en la Iglesia no se modificará.... Pero, al mismo tiempo, (...como era lo habitual por entonces: imponer la excepción como norma y proscribir en la práctica la tesis correcta) confió a las Conferencias Episcopales el encargo de examinar si, por algunas “especiales circunstancias” “convendría” conceder, además, la práctica de administrar la comunión en la mano.
Eran para entonces (1976), al menos, 37 las Conferencias Episcopales tenían ya concedida la autorizacion.
Juan Pablo II se referiria al tema en su carta Dominicae Cenae, (donde lo recalco en letra marcada) con profundo respeto al mandato de Pablo VI , esto es lo maravilloso de la Iglesia , la sucesion y continuidad en la enseñanza.
El papa Juan Pablo II en su carta Dominicae Cenae indica en el numeral 11:



11. La segunda mesa del misterio eucarístico, es decir, la mesa del Pan del Señor, exige también un adecuada reflexión desde el punto de vista de la renovación litúrgica actual. Es éste un problema de grandísima importancia, tratándose de un acto particular de fe viva, más aún, como se atestigua desde los primeros siglos, [59]de una manifestación de culto a Cristo, que en la comunión eucarística se entrega a sí mismo a cada uno de nosotros, a nuestro corazón, a nuestra conciencia, a nuestros labios y a nuestra boca, en forma de alimento. Y por esto, en relación con ese problema, es particularmente necesaria la vigilancia de la que habla el Evangelio, tanto por parte de los Pastores responsables del culto eucarístico, como por parte del Pueblo de Dios, cuyo «sentido de la fe»[60] debe ser precisamente en esto muy consciente y agudo.


Por esto, deseo confiar también este problema al corazón de cada uno de vosotros, venerados y queridos Hermanos en el Episcopado. Vosotros debéis sobre todo insertarlo en vuestra solicitud por todas las Iglesias, confiadas a vosotros. Os lo pido en nombre de la unidad que hemos recibido en herencia de los Apóstoles: la unidad colegial. Esta unidad ha nacido, en cierto sentido, en la mesa del Pan del Señor, el Jueves Santo. Con la ayuda de vuestros Hermanos en el sacerdocio, haced todo lo que podáis, para garantizar la dignidad sagrada del ministerio eucarístico y el profundo espíritu de la comunión eucarística, que es un bien peculiar de la Iglesia como Pueblo de Dios, y al mismo tiempo la herencia especial transmitida a nosotros por los Apóstoles, por diversas tradiciones litúrgicas y por tantas generaciones de fieles, a menudo testigos heroicos de Cristo, educados en la «escuela de la Cruz» (Redención) y de la Eucaristía.

En

algunos Países se ha introducido el uso de la comunión en la mano. Esta práctica ha sido solicitada por algunas Conferencias Episcopales y ha obtenido la aprobación de la Sede Apostólica. Sin embargo, llegan voces sobre casos de faltas deplorables de respeto a las Especies eucarísticas, faltas que gravan no sólo sobre las personas culpables de tal comportamiento, sino también sobre los Pastores de la Iglesia, que hayan sido menos vigilantes sobre el comportamiento de los fieles hacia la Eucaristía. Sucede también que, a veces, no se tiene en cuenta la libre opción y voluntad de los que, incluso donde ha sido autorizada la distribución de la comunión en la mano, prefieren atenerse al uso de recibirla en la boca. Es difícil pues en el contexto de esta Carta, no aludir a los dolorosos fenómenos antes mencionados. Escribiendo esto no quiero de ninguna manera referirme a las personas que, recibiendo al Señor Jesús en la mano, lo hacen con espíritu de profunda reverencia y devoción, en los Países donde esta praxis ha sido autorizada.

La opinion es mas extensa , pero para que estudien e INVESTIGUEN bien sobre este tema busquen y lean los siguientes documentos :

INSTRUCCION MEMORIALE DOMINI DE PABLO VI.

CARTA DOMINICAE CENAE de JUAN PABLO II

Aclaro tambien , las revelaciones privadas recibidas por santos , misticos .... debidamente aprobadas por la Iglesia pueden ser acogidas con libertad por los fieles.
Bendiciones